Empezaremos diciendo una obviedad. ¿O no tanto? No cabe duda de que la labor del intérprete en todas las fases de un proceso judicial es absolutamente vital.
En primer lugar, el intérprete permite que el acusado o sospechoso extranjero con un conocimiento nulo, escaso o incluso medio de nuestro idioma, no tenga la limitación que supone hablar en un idioma que no domina y que pueda expresarse en su lengua materna y aportar todos los matices y explicaciones necesarias a su testimonio o declaración.
En segundo lugar, gracias al intérprete, el acusado o testigo extranjero está en pie de igualdad si puede entender en su propio idioma todo lo que se está diciendo sobre su causa y si se puede comunicar con fluidez con todos los operadores jurídicos implicados en el proceso (abogados, fiscales, jueces…)
Estas condiciones son las que aseguran que el acusado pueda ejercer su derecho de defensa, que haya una equidad real en el proceso y que se contribuya a una sentencia justa, ya que todas las partes han tenido la oportunidad de hablar y de ser escuchadas en su propio idioma. El juez que lleva la causa es el máximo garante de que se cumplan estas condiciones.
¿Cómo trabaja el intérprete en una sala de juicio?
En principio, el intérprete podría trabajar tanto en simultánea, con el equipo técnico adecuado (receptores, cabina…), o en consecutiva (escuchando primero e interpretando después al otro idioma).
En este contexto de trabajo, la mayoría de los intérpretes profesionales optan por interpretar en consecutiva lo que el acusado o sospechoso extranjero dice ̶̶ escuchando, tomando notas e interpretando después ̶̶ , y en susurrada ̶̶ simultánea en voz baja junto al acusado ̶̶ lo que dicen abogados, juez, etc.
Por comentar muy someramente la preparación que necesita el intérprete para realizar de forma adecuada su trabajo, diremos otra obviedad. ¿O quizá no? Tener conocimientos del otro idioma no es, ni de lejos, suficiente para garantizar una interpretación fiel y fluida. Entre los principales requisitos, estarían dominio perfecto de los idiomas de trabajo, una exhaustiva formación específica en el lenguaje jurídico en dichos idiomas, dominio de las técnicas de interpretación (consecutiva y simultánea), cuya preparación requiere de años de formación y práctica, y estudio previo de la causa sobre la que se va a interpretar.
¿Cuál es la situación actual de la interpretación judicial en España?
Todos los que conocemos este sector, sabemos que en nuestro país hay un problema grave a la hora de facilitar la interpretación en los procesos judiciales, principalmente debido a que el Estado licita el servicio y el factor que prima a la hora de conceder la licitación para juzgados y comisarías es principalmente el precio. España no es una excepción en Europa, ya que otros países de nuestro entorno tienen problemas similares.
Esto provoca que no se pueda contar con intérpretes profesionales en la mayoría de los casos porque las tarifas son tan bajas, que el servicio lo acaban prestando personas que conocen el idioma (en diversos grados) pero que no tienen formación como intérpretes profesionales.
Como es lógico, esto da lugar a errores graves de interpretación y a malentendidos que socavan los derechos de los extranjeros a ser escuchados y a poder expresarse en su lengua materna y, por ende, a un juicio justo.
Se trata de una situación muy compleja, con muchos actores implicados y cuya solución no es sencilla pero podría pasar por la creación de un registro oficial de intérpretes judiciales, con el que poder garantizar que tienen formación, que cumplen el código deontológico de la profesión y que, en definitiva, contribuyen a la equidad y a la justicia.
Si deseas ahondar más en este tema tan interesante, te recomiendo encarecidamente la lectura de La asistencia lingüística en el proceso penal tras la Directiva 2010/64/UE ¿Derecho fundamental o mero formalismo?, cuya autora es Silvia Ponce González. Es una obra necesaria y debería ser “lectura obligatoria” para que todo aquel que participa en sistema judicial tome conciencia, entienda la gravedad de la situación e intente abogar por un cambio en positivo.